sábado, noviembre 19, 2005

“Libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer.” Baron de Montesquieu

Habitante del planeta Tierra, nací accidentalmente en Argentina, si bien que, segun la teoría del roteirista y director Night Shyamalan, las coincidencias no son tales, sino parte del patchwork divino.
Vivo hace 10 años en Brasil, que es donde debería haber nacido, pero no fue. Si fuese brasilera, tendria la cabeza menos prejuiciosa que el argentino común, pero con menos propensión al estudio, ya que el clima frío los hace vivir medio recluidos, leyendo.
Y no me refiero al estudio académico y sí a la investigación de todo lo que acontece
Sexualmente los argentinos son más reprimidos, por el que dirán o por pavos, mas los
brasileros que conocí tienen los mismos problemas básicos que el resto del planeta: stress, cansancio, alcohol, falta de dinero, etc., que le cortan las ganas de hacer el amor a cualquier ser en cualquier idioma.
La burocracia argentina y el no te metás, rindió materia de broma en varios programas cómicos. Acá, la corrupción brasilera, los traficantes, los favelados y los delincuentes internacionales escondidos, dieron de comer a muchos periodistas.
Sé que con estas líneas pongo en riesgo mi condición de exiliada, porque no puedo opinar de política públicamente, y siempre va a haber alguien interesado en leer eso mismo entre renglones. También porque la envidia, genera enemigos sutiles tan peligrosos como los que te ponen una arma en la cabeza.
Ya fuí denunciada varias veces por cosas que obviamente nunca hice. Con 18 años una idiota quiso vengarse en mí de mi madre, y la Policía vino a prender “la que paseaba en cueros en la terraza”. Gracias a Dios, los tres canas eran inteligentes como para, solo mirándome, darse cuenta que nada que ver.
Después fue la vez de caer encima mío con un juicio por causa de mi pareja, director de televisión, al que no tenían cómo atacar. Y allá tuve yo que ir a los Tribunales a defenderme de las mentiras. Irónicamente, la burocracia me salvó, porque mi contra-denuncia, dio en nada, pero la de ellos, se les volvió en contra.
Ya en Brasil, me enteré accidentalmente que mi ex-marido brazuka hizo otra denuncia junto con su amante, para poder sacarme del país y quedarse con lo que era mío. Dios sigue cuidándome, y a los pocos bienes que conseguí salvar.
Y es ahí que llegamos al punto de partida que es la frase de Montesquieu.
Debemos hacer un “montón de cosas”, porque es deber moral hacer ese “montón de cosas”.
Pero es mucho más placentero si ese “montón de cosas” también queremos hacerlas voluntariamente, o inclusive, hacerlas cuando no es TAN placentero hacerlas, pero es placentero el resultado moral de hacer el “montón de cosas” que de toda maneras debemos hacer. Clarito? Échale leche.
Tratando de traducir la parte que me toca: yo no quiero estar vagando por ahí, suelta en el mundo, sin poder radicar mis libros, mis fotos o mis músicas, pero era mi deber , no de patriota y sí de persona, negarme a agachar la cabeza ante la insanidad general.
Por tanto, decidí buscar otros horizontes, antes que me obligaran a buscarlos de manera mas brusca, adonde pudiera crecer moral y mentalmente.
Reconozco que no fue el lugar que elegí, el apropiado para eso, pero, como decía Cali Peña, "el infierno va con ellos”, o sea, puedo crecer en el paraíso y volverme ángel, o transformar el lugar en el infierno particular de un ángel caído.
O dejar que me lo transformen.
(No siempre tengo la suerte de poder controlar una situación personal).

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